Un grupo de intendentes bonaerenses del PRO no aceptan las condiciones de LLA
La cúpula del PRO en la provincia de Buenos Aires mantuvo un zoom el lunes por la noche en donde expresaron su malestar por la cantidad de lugares que pide La Libertad Avanza (LLA) en distritos que gobierna el macrismo. Ese accionar generó que las conversaciones de cara al cierre de listas del 19 de julio se estanquen.
La reunión, de forma virtual, fue encabezada por el titular del PRO en la provincia de Buenos Aires y jefe de bloque del partido en Diputados, Cristian Ritondo, y contó con la presencia de los 13 jefes comunales que tiene el espacio amarillo. Las conversaciones solo están avanzadas en Mar del Plata, Zárate, Pinamar y Arrecifes. Allí sus respectivos intendentes, Guillermo Montenegro, Marcelo Matzkin, Juan Ibarguren y Fernando Bouvier, respectivamente, están cerca de cerrar un entendimiento con LLA.
«En el resto aún quedan cuestiones por resolver, y hay inconvenientes porque LLA está pidiendo mucho en esos distritos que son del PRO. Hay un tiempo de definición porque en algunos distritos pareciera que no hay voluntad de acuerdo por parte de LLA», remarcó un negociador del PRO. Los otros 9 intendentes están de acuerdo en avanzar con los libertarios, pero no quieren que le marquen las condiciones en sus distritos; son ellos los que quieren tener la lapicera.
Ellos son Soledad Martínez en Vicente López; Pablo Petrecca en Junín; María José Gentile en 9 de Julio; Diego Reyes en Púan; Lisandro Matzkin en Coronel Pringles; Jorge Oscar Etcheverry en Lobos; Javier Martínez en Pergamino; Sebastián Abella de Campana; y Ramón Lanús de San Isidro. «Nuestro pedido siempre estuvo centrado en priorizar los 13 municipios que gobernamos, es decir, 13 de 135 municipios. No hay razón para que pidan más de lo que estamos dispuestos a ceder», sintetizó un jefe comunal de este grupo.
Este martes el armador bonaerense de LLA, Sebastián Pareja, mantuvo un encuentro con Ritondo, Montenegro y el diputado Diego Santilli para ver si pueden destrabarse las diferencias y poder mostrar señales de avances.
Todo este escenario es música para los oídos del ex presidente Mauricio Macri que quiere que las negociaciones con LLA no llegue a un buen puerto después de los desaires que está convencido de que sufrió de parte del triángulo de hierro que conforman Javier Milei, Karina Milei y el asesor presidencial Santiago Caputo.
Sin decirlo abiertamente, el ex presidente prepara la ambulancia para juntar a los dirigentes que vea que son destratados por los libertarios. Esa estrategia tiene como eje central la reconstrucción de lo que era Juntos por el Cambio con dirigentes de la UCR, la Coalición Cívica y partidos locales. Por eso, además, mira con atención lo que suceda con los hermanos Santiago Passaglia y Manuel Passaglia, intendente de San Nicolás y su antecesor respectivamente, después de que rechazaron un acuerdo con LLA en la segunda sección electoral.
Los Passaglia son los principales desafiantes al acuerdo entre LLA y el PRO; el ex presidente quiere ver el resultado de las elecciones de septiembre en donde si en la segunda sección electoral los hermanos logran imponerse serán la punta de lanza de la posibilidad de construir una alternativa de centro.