Histórico: Uruguay legalizó la eutanasia
El Senado avaló la norma tras más de diez horas de debate y con apoyo transversal de varios partidos. La iniciativa garantiza el derecho a una muerte digna para personas adultas, mentalmente aptas y con enfermedades incurables o sufrimientos intolerables. El país se suma así a una corta lista de naciones que permiten este procedimiento
El Senado de Uruguay aprobó este miércoles la ley de Muerte Digna, que legaliza la eutanasia, sumándose a un grupo reducido de naciones que permiten este procedimiento. La norma fue sancionada tras más de diez horas de debate, con el respaldo total del Frente Amplio y el apoyo parcial de legisladores del Partido Colorado y el Partido Nacional, alcanzando así una significativa mayoría.
El proyecto busca garantizar el derecho a “transitar dignamente el proceso de morir”, despenalizando la eutanasia para mayores de edad mentalmente aptos que se encuentren en etapa terminal de una enfermedad incurable o irreversible, o que sufran dolores insoportables derivados de ella.
Antes de la votación, Beatriz Gelós, una mujer de 71 años con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), expresó su deseo de que se aprobara la ley después de años de debates inconclusos: “Me daría una paz impresionante que se apruebe. Es una ley de compasión, muy humana y bien redactada”, dijo.
Con esta decisión, Uruguay se suma a países como Canadá, los Países Bajos y España, y en la región comparte el paso con Colombia (que despenalizó la eutanasia en 1997) y Ecuador (que lo hizo el año pasado).
La normativa establece varios requisitos: ser mayor de edad, ciudadano o residente en el país, y encontrarse psíquicamente apto. Además, el paciente deberá atravesar una serie de instancias previas y dejar por escrito su voluntad de acceder al procedimiento.
El debate parlamentario se desarrolló en un clima de respeto, con intervenciones a favor y en contra. Sin embargo, al finalizar la votación se registraron protestas en las gradas, lo que obligó a desalojar al público.
El proyecto se apoya en diversos marcos legales: la Constitución uruguaya (que ampara la libertad de conciencia y el derecho a una vida digna), la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y leyes nacionales sobre los derechos de los pacientes y las voluntades anticipadas.
Para el senador Daniel Borbonet, del oficialismo, la ley es “sólida” y “brinda seguridad jurídica”. En cambio, el opositor Pedro Bordaberry la calificó como “una norma que promueve la muerte asistida”.
En la misma línea que Gelós, la familia de Pablo Cánepa, un hombre de 39 años con una enfermedad rara e incurable, celebró la aprobación: “Pablo está agonizando hace años y la aprobación fue un verdadero alivio”, dijo su hermano.
Los impulsores del proyecto destacan que su redacción incluye múltiples garantías y refleja la tradición uruguaya de aprobar leyes de avanzada, como la legalización del cannabis, el matrimonio igualitario y el aborto. Según una encuesta de Cifra, más del 60% de la población apoya la eutanasia, mientras que solo un 24% la rechaza.
El Colegio Médico de Uruguay evitó tomar una postura institucional, aunque participó en el proceso legislativo para asegurar que tanto pacientes como profesionales cuenten con la máxima protección posible. Por su parte, la Iglesia Católica manifestó su “tristeza” ante la aprobación.