Una milanesa con la cara de Donald Trump

Ciertas costumbres de porteños ya no son exclusivas de Palermo. El restaurant «El Antojo» con sucursales en otros barrios, y la milanesa formato Donald Trump.

En lo que parece ser un homenaje de los porteños que muestran la fascinación de Buenos Aires por Estados Unidos, el restaurante «El Antojo», con sucursales en barrios como Villa del Parque, Núñez y Caballito, se convirtió en el foco de un fenómeno viral por un plato único y peculiar: una milanesa moldeada con el rostro de Donald Trump.

El video, publicado en redes sociales, muestra cómo los cocineros del restaurante recrean con esmero la cara del próximo presidente estadounidense, usando no solo la carne empanada, sino también otros ingredientes para lograr la “morfología” de su rostro. En el video, el texto inicial felicita al presidente Trump, y a continuación, se repite en perfecto inglés, ampliando el mensaje para una audiencia internacional.

Sin embargo, este fenómeno no sorprende a los que conocen la cultura de Buenos Aires.

Los porteños son famosos por sus gustos extravagantes y sus formas de expresión, que muchas veces rozan el culto a lo novedoso y a la extranjería.

Así como en Palermo se popularizó servir empanadas en frascos de mermelada, en “El Antojo” de Villa del Parque decidieron rendir homenaje a la reelección de Trump con esta “Milatrump”, una mezcla entre la milanesa y el ícono estadounidense.

Este gesto marca también el modo en que una parte de la sociedad porteña mira a Estados Unidos, admirando sus figuras políticas, moda, y estilo de vida.

Fuente: Popular








El gobierno anunció que solo proyectos rentables recibirán ayuda para el cine nacional

En una decisión que promete cambiar la cara de la industria cinematográfica en Argentina, el gobierno nacional, a través del Decreto 984/2024, estableció nuevos criterios para el sistema de subsidios al cine. Con este decreto, que reglamenta el artículo 30 de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional Nº 17.741, las producciones nacionales tendrán que demostrar su capacidad de atraer público para recibir apoyo económico.

Esta medida, impulsada por el presidente Javier Milei junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Adolfo Sturzenegger, busca optimizar el uso de los fondos públicos, priorizando la eficiencia y la calidad en las producciones nacionales. La normativa empezará a regir el 5 de noviembre de 2024 y afectará a todas las películas que se estrenen comercialmente después del 24 de julio de 2024.

El declive de la audiencia nacional y su impacto en el cine argentino

Los números de asistencia a las producciones argentinas han mostrado un preocupante descenso. Según el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), en los últimos diez años la participación del cine nacional cayó del 17,84% en 2014 al 7,35% en 2023. De las 236 películas estrenadas el año pasado, solo cuatro superaron los 100.000 espectadores, mientras que cien no alcanzaron los 1.000 asistentes.

Esta situación, argumentan las autoridades, demuestra la necesidad de reestructurar los fondos del cine, promoviendo películas que logren atraer a una audiencia considerable y logrando que el cine argentino gane relevancia en el mercado local e internacional.

Nuevos criterios para los subsidios del cine: calidad, audiencia y eficiencia

El Decreto 984/2024 establece un sistema de subsidios basado en la recaudación bruta de taquilla, descontando los impuestos aplicables. Este nuevo esquema se divide en dos tipos de producciones:

  • Películas sin interés especial: recibirán hasta el 70% de su recaudación bruta de taquilla, con un tope del costo promedio de una producción nacional.
  • Películas de interés especial: se les otorgará hasta el 100% de su recaudación bruta, siempre hasta el límite del costo promedio de una película nacional.

Además, el decreto establece que el INCAA ya no podrá adelantar subsidios y que el apoyo financiero a producciones en otras plataformas (como streaming o televisión) dependerá del nivel de audiencia que logre cada filme. Según la normativa, la cantidad de fondos anuales destinados a un proyecto no podrá superar el 50% de su costo de producción, ni representar más del 5% del presupuesto total del INCAA para subsidios.

Incentivos al cine nacional con miras al éxito en taquilla

En un esfuerzo por impulsar producciones con mayor atractivo para el público, la nueva reglamentación exige que las películas subvencionadas tengan un “alto potencial de audiencia”, eliminando la posibilidad de subsidios sin una sólida base de espectadores. “La intención es concentrar los fondos en proyectos viables, dejando de lado cualquier preferencia ideológica y asegurando que cada peso invertido tenga impacto”, indicaron desde el Poder Ejecutivo.

Con estos cambios, el gobierno espera revitalizar el cine argentino y garantizar que los recursos se utilicen con transparencia y responsabilidad, permitiendo a los realizadores enfocar sus producciones en aspectos que resuenen con el público. El plan se enmarca dentro de un programa más amplio de políticas de transformación del estado, enfocado en una asignación eficiente de los recursos.

El decreto ha generado una gran expectativa en la industria, con productores y realizadores evaluando sus proyectos a la luz de estos nuevos requisitos. Sin embargo, algunos sectores han expresado preocupaciones sobre el impacto en producciones independientes o experimentales que podrían tener dificultades para cumplir con los criterios de audiencia.

El futuro del cine argentino bajo el decreto 984/2024

Con esta nueva política, el gobierno argentino aspira a revertir la baja en la audiencia y fortalecer la presencia de producciones nacionales en la cartelera. Al exigir recaudación como indicador de impacto y priorizar proyectos con respaldo de público, el cine argentino se orienta hacia una mayor competitividad en el ámbito local e internacional.

Para los creadores de contenido cinematográfico, este cambio representa tanto un reto como una oportunidad. Si bien algunos proyectos pueden encontrar dificultades en los nuevos requisitos, otros podrán encontrar apoyo en la seguridad de que sus producciones se valorarán por su capacidad de conectar con el público y generar un verdadero impacto cultural.








Martes de cine en la Menéndez

Este martes en Cinemateca Pergamino se proyecta la película «Blue velvet» («Terciopelo azul»), dirigida Por David Lynch, Estados Unidos, 1986.

La cita es a las 18:00 en el auditorio de la Biblioteca Menéndez (avenida Colón y Mitre) con la presentación del cineasta local Sebastián Basiluk. 

Cinemateca Pergamino es un ciclo de cine gratuito y abierto a la comunidad que organiza la Subsecretaría de Cultura con el objetivo de fortalecer el vínculo del espectador con los clásicos del cine nacional e internacional, a través de la curaduría de Basiluk.

El director David Lynch creó este thriller alucinógeno que sondea por debajo de la superficie alegre de los suburbios de Estados Unidos para descubrir la violencia sadomasoquista, la corrupción, el abuso de drogas, la delincuencia y la perversión.

Sinopsis: Una mañana, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), después de visitar a su padre en el hospital, encuentra entre unos arbustos una oreja humana. La guarda en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde le atiende el detective Williams (George Dickerson), que es vecino suyo. Comienza así una misteriosa intriga que desvelará extraños sucesos acontecidos en una pequeña localidad de Carolina del Norte.

El elenco está encabezado por: Kyle MacLachlan, Isabella Rosellini, Dennis Hopper, Laura Dern, Dean Stockwell; la música es de Angelo Badalamenti; la fotografía es de Frederick Elmes; su duración es de 120 minutos; su calificación es apta para mayores de 18 años.

Un documental sobre el último show de Sumo y Luca Prodan en Obras (Fuck You)

El director de esta obra es José Luis García y los productores Aníbal Esmoris y Marcelo Schapces, son quiene retrataron el último show en Obras de Sumo y su cantante, Luca Prodan.

Agencia Paco Urondo: No sé si ustedes coinciden, pero considero a este documental como un spin-off de la película Luca, donde también Aníbal y Marcelo colaboraron con el inolvidable Rodrigo Espina.

Marcelo Schapces: Sí, es una Espina off.

José Luis García: Yo era muy amigo de Rodrigo, lo conocí en el rodaje de La Historia oficial, en el año 84, y de ahí trabajamos juntos en nuestros cortometrajes. Rodrigo conoció a Luca, que actuó en un cortometraje suyo y yo hice la fotografía. Y está lo que cuenta la película, que Luca le sugirió que grabara los conciertos porque creía que no iba a llegar a fin de año. Así que el registro de ese material es supervalioso; Marcelo, Aníbal y Rodrigo usaron una parte en Luca, pero es una construcción mucho más compleja alrededor del personaje de Prodan que arranca en Europa, en Escocia. Esto (el documental) es el vivo del concierto, es más Sumo en escena, en el backstage y arriba del escenario en la noche esa, de Obras.

APU: “Fuck you” es el tema con el que abren ese recital en Obras Sanitarias, pero también es el grito primal del rock ¿Fue fácil encontrar el título o dieron un poquito de vueltas con eso?

Aníbal Esmoris: No fue tan difícil porque, como vos decís, es muy ligado al rock, pero sobre todo a lo que fue Sumo. Es como un icono. El último show fue una decisión artística, en parte es algo que rondaba en la cabeza de Rodrigo y tratamos medianamente de respetar eso. Después, es el último gran show de Sumo.

APU: Dos meses después, está el show de Los Andes y luego la partida física de Luca ¿Se podía percibir en ese gran show que era el final de Prodan?

J.L.G.: En rigor, hubo otros conciertos entre esos dos, entre Obras y Los Andes (de los cuales hay registros) que fueron en Cemento, en Airport, en Taiwán. Éste tiene el valor de ser el último gran show y carga un carácter más simbólico de lo que fue esa escena sobre el morbo de si fue o no el último show justo antes de morir. Siguiendo alrededor de la palabra show, esa famosa frase de show must go on, el show debe seguir, predomina bastante en nuestro mundo de entretenimiento audiovisual y, sobre todo, del rock.

Creo que no había una gran conciencia de que había una degradación física de Luca, quizás él era quien más la tenía y por eso hizo este pedido a Rodrigo.

Recuerdo algo de (Roberto) Pettinato, hacer algún comentario al respecto, después no más. Está esa imagen de que los ídolos, como también pasó con Diego, son inmortales, puede venir degradándose físicamente, pero la idea de que van a morir no entra en la cabeza y finalmente pasa.

APU: Vos, José Luis, podés atestiguar de la manera particular con que Luca Prodan se manejaba en la cotidianeidad, ya que lo fuiste a buscar a la casa, se tomaron el 29 hacia Obras junto con el cantante de la banda que horas después iba a estar subido un escenario adelante de miles de personas.

J.L.G.: Sin dudas, y era un tipo muy dulce, muy buena persona. Era muy llano y muy real, no era una impostura, no era un careta que decía “voy a salir por la calle para que…”, realmente él era eso. Y con la misma remera con la que salió de la casa, hizo la prueba de sonido, estuvo en el backstage y salió a cantar en el escenario. No sólo él, Sumo era eso, es por eso que sigue y seguirá sonando una cosa que sale de las vísceras y del corazón. Por eso perdura.

APU: ¿Ustedes estuvieron presentes esa noche? ¿Qué recuerdan de todo aquello?

M.S.: Yo, por lo menos, no estuve. Sí estaba vinculado al rock en aquella época, porque más o menos desde el 82 al 88 fui manager de grupos de rock. Laburé mucho con Lito Nebbia, Fito Páez, con Baglietto, Silvina Garré, con Alejandro Del Prado y lo crucé a Luca con Sumo en un par de festivales que coincidíamos. Era como una tribu muy particular para aquella época, porque todavía estaban los resabios de un rock muy serio, del rock sinfónico, habían ya pasado los Abuelos de la Nada, estaban Los Redondos sonando, las cosas estaban cambiando, pero Sumo había hecho un quiebre bastante importante.

A.E.: Yo tampoco, ya que estaba como refugiado político en Francia y volví dos meses después de la muerte de Luca. Pero sí, donde yo estaba, me llegaban cassettes. De Los Redondos, de Sumo. Hoy estaba recordando que en esos años, específicamente 1985, salieron los primeros discos de Los Redondos, de Sumo, de Virus, un montón de música muy grosa que mostraba cómo lo que estaba sucediendo en Argentina se reflejaba mucho en la música.

APU: El primer Obras de Los Redondos, a dos años de la muerte de Prodan, mostró mucho público con remeras de Sumo y cánticos dedicándole ese concierto, lo cual pareciera indicar que de alguna forma buscaron refugio en la banda del Indio Solari.

A.E.: Inclusive una colaboración con un tema entre ellos.

M.S.: Ese concepto de tribu funcionó mucho con Sumo y continuó funcionando también con Los Redondos. Todo ese público de Sumo siguió el recorrido de lo que después fueron las misas ricoteras, los conciertos más masivos. Básicamente por esa cosa de comunidad que generaban, que no era solamente un grupo musical sino una actitud arriba y abajo del escenario. Toda esta historia de Sumo de bajarse del pedestal del rock and roll, esa cosa que se ve en la película, incluso en el backstage donde Luca lo persigue a Pettinato cargándolo con esta historia del periodista de El expreso imaginario y esa cosa de de historia del rock que llevaba encima Roberto, que era como parte del sistema del rock nacional.

Luca se reía de todo eso. Pero después, cuando hablaba de música lo hacía muy en serio, con mucho respeto por las distintas variantes. Por ahí, queda esa cosa aparentemente más pendenciera de Luca, pero en realidad, como decía José Luis, era un tipo muy dulce, muy culto, respetuoso y que conocía muchísimo de la historia musical inglesa, que es como hablar de la cuna de la música de rock del mundo..

APU: Ese artista extremadamente sensible después se convertía en una bestia escénica, aunque por lo que cuentan ustedes era sólo una parte porque no dejaba de ser lo primero tanto arriba como abajo del escenario.

J.L.G.: Bueno, eso queda expuesto en el documental porque se ve mucho tiempo de backstage antes de subirse al escenario y después se ve toda la fuerza que tiene arriba, aún más disminuido físicamente como estaba en este concierto.

APU: ¿Cómo fue que empezaron a pensar el trabajo y cómo se llevan con el recuerdo perpetuo de Rodrigo, quien tiene mucho que ver con esto?

A.E.: No fue un encuentro muy alegre porque José Luis iba a presentar este material en bruto en la muestra que se hizo del Rock de los 80 en el Museo Histórico Nacional. Rodrigo lo llama a Marcelo para pedirle los cassettes, para componer eso y justo unos días antes de la presentación, fallece de un ACV. Inclusive, para poder hacer esa presentación, fue un poco difícil recuperar los tapes porque era un momento delicado. A partir de ahí, José nos convoca y nos dice que quería armar este material, un pendiente de todos y de Rodrigo en particular. Hace dos años, empezamos a trabajar para que esto pueda ver la luz.

APU: Qué interesante, también, que se pueda ver este material en un contexto de tanto ataque a la Cultura donde uno termina afirmando lo necesario que serían Luca Prodan y Sumo, hoy, cuánto podrían aportar tocando en vivo.

A.E.: Estaría bueno. Por lo pronto, lo vemos en la película de José Luis, que genera una sensación como si fuera la cuarta pared, es como estar en el concierto. El espectador está en el concierto, en el back y eso es un poco traerlo de nuevo. Para nosotros desde luego, es un acto de resistencia.

APU: ¿Se han contactado con los ex-Sumo, han tenido alguna devolución de ellos?

J.L.G.: Siempre fueron músicos extraordinarios y que han hecho grandes bandas después de Sumo, que no se han quedado ahí en esa nostalgia, pero para quienes Sumo es una parte siempre trascendente de sus vidas. Cualquier cosa que se haga alrededor de su historia, es lógico que ellos puedan tener una sensibilidad especial para estar atentos a qué se puede hacer. De todas maneras, hay una premisa en la que coincidimos los músicos y nosotros, que este material lo consideramos como un patrimonio cultural, a esta altura y no va a tener una exhibición comercial.

Es decir, nadie va estar lucrando con esto. Se va a exhibir en festivales, en centros culturales, universidades, y finalmente se difundirá en Youtube o donde fuese. No hay una especulación que no sea algo vinculado al hecho artístico de lo que fue Sumo y el legado que dejó, a la importancia de que las nuevas generaciones también puedan tener contacto con un material.

APU: ¿Cómo viviste, José Luis, el tener que ir a filmar a Sumo a Obras?

J.L.G.: Me acuerdo que le pregunté a Rodrigo ¿qué hago? Y me dice “vos seguilo a Luca”. Un poco es lo que hice y él fue abriendo puertas y en el camarín todos los músicos se prendieron a joder con la cámara y a participar del registro. Algunos más, otros menos, pero todos seguían el juego de estar registrando ese evento. Luca guiaba. Para mí fue muy impresionante, en ese momento tenía 22 años y estar en camarines, subir con ellos al escenario a oscuras y que de repente se encienda la luz, el sonido, y ver toda una marea humana ahí abajo, fue algo inolvidable.

Me marcó mucho el registro de este material y nunca lo he olvidado. A Rodrigo, todos estos años, le decía por qué no haces algo con esto. Lo intentaron hacer, pero era un material que de ninguna manera podía quedar guardado. Aníbal y Marcelo se prendieron a que hagamos este intento de sacarlo a la luz, se alinearon los planetas, de alguna manera, con todos los músicos, y finalmente se exhibió.

APU: ¿Eras cercano a la obra de Sumo o te fuiste acercando a partir de este trabajo?

J.L.G.: Me fui acercando más a partir de Rodrigo, la verdad. Escuchaba, pero no era un fan de Sumo. Rodrigo era muy fan, al punto de que lo fue a buscar a Luca para que actúe en un corto de él, del cual yo hice la fotografía y ahí me volví loco, me enamoré de Sumo. Podría decir que soy un fan más de última hora. Tuve la suerte de estar en esa situación de poder registrarlo en ese concierto.

APU: ¿Cómo ha sido el trabajo para los productores, cómo se han complementado y dividido los roles?

M.S.: Es bastante sencillo porque nos conocemos con Aníbal desde hace muchísimo tiempo, ya habíamos tenido todo un laburo previo cuando hicimos Luca, que había sido un trabajo para cada quién, sobre todo para Anibal. Nos llevó muchos años y mucha tarea, con viajes a Europa incluidos. Yo había vivido en Europa, había craneado un proyecto que tenía que ver con esa mirada que finalmente tuvo la película, que se decidió hacer al mostrar a Luca como ese desplazado inmigrante que terminaba llegando a la Sierras de Córdoba escapando de la heroína y que prácticamente terminaba cuando empezaba Sumo.

Fueron bastantes años organizando todo aquello que cada quien venía llevando adelante, creo que resultó bastante rápido, operativo. Ya nos conocíamos, conocíamos el material de memoria y sabíamos los problemas que íbamos a tener, así que las soluciones a esos problemas los tratamos de resolver con practicidad y rápidamente, no tropezar dos veces con las mismas piedras que, ya está altura, con la edad que tenemos, sería como una torpeza irremediable.

A.E.: Como todo trabajo audiovisual, en la producción, la dirección y demás, siempre pasan cosas, pero lo hemos llevado muy rápido, muy bien, todos teníamos claro cuál era el objetivo final. A partir de un momento dado, decidimos sobre todas las cosas que no podía quedar en un cajón, que era un pecado muy grande, que nuestros hijos tenían que poder ver eso también, no solo las generaciones pasadas que lo habían visto, sino las futuras. Tiramos todos del carro para eso y llegamos a la conclusión.

Sentía desde hacía mucho tiempo que ya no era nuestro ni de nadie, era patrimonio cultural de los argentinos, había que mostrarlo. Por ende hicimos esta experiencia, por lo menos para mí como productor, de poner mucho esfuerzo, recursos, a sabiendas de que solamente se iba a mostrar de manera gratuita. Eso es algo que también reconforta, sobre todo en los momentos en que vivimos.

APU: ¿Qué les pasa con las nuevas generaciones, cómo las ven con respecto a la música de Sumo?

A.E.: Voy a decir algo que vengo repitiendo: “los jóvenes siempre tienen la razón”. Es algo que me enseñó el señor que, de alguna manera, descubrió, apadrinó, produjo e hizo posible el rock nacional, que fue Jorge Álvarez, un gran gestor cultural. Por eso estoy muy esperanzado. Después, bueno, por cuestiones generacionales escucho al Duki y no me produce lo mismo que cuando escucho al Flaco. Hay cortes generacionales. De la misma manera que yo abrevé el tango con mis padres, era algo que estaba terminando, de alguna manera. Si bien hay tango, hoy y muy bueno, lo que era ya no es. Creo que con el rock pasa algo parecido, estamos entrando en otra época de la música popular y demás, creo que el punk fue el fin de ese ciclo que empezó cuando nosotros éramos muy jóvenes. Sumo ha tenido mucha importancia porque fue quien trajo ese punk a esta tierra que todavía no lo habían conocido.

Fuente: Mariano Nieva (Agencia Paco Urondo)

Festival Regional 3360 Jazz Pergamino

Será este viernes y sábado con la actuación de seis agrupaciones: dos de Pergamino, tres de Junín y una de San Nicolás.

Con la participación de bandas de Pergamino, Junín y San Nicolás, se reedita este fin de semana el Festival Regional 3360 Jazz Pergamino, una propuesta del músico local Julio Torrado.

Será este viernes y sábado, en la sala auditorio de la Biblioteca Municipal «Dr. Joaquín Menéndez» –avenida Colón y Mitre- a las 21:00, ambas jornadas.

Las anticipadas a $6000 se pueden adquirir en La Sala Instrumentos (San Nicolás Norte 286), o en puerta a $8000.

Las bandas confirmadas para el viernes son: «The Flappers Jazz Band», un ensamble de saxos de la ciudad de Junín, integrado por Lucía Delmas, Andrés Doyen, Celina Grigera y Angie Taiguan; y «Pulpa Jazz» y «Lila», ambas también de Junín.

El sábado subirán al escenario la banda local «Influencias», integrada por Julio Torrado, Roberto Lanzillotta, Claudio Lantella y Eduardo Cruz, que contará con la participación -a modo de homenaje- del trompetista Guillermo Aguilar.

También de Pergamino se presentará Irupé Cruz y la Mini Van, integrada por Matías Lanzillotta, Mariano Musacchio y Eduardo Cruz. Y, cerrando el Festival, tocará de la ciudad de San Nicolás, «Groove Fandango Quinteto», integrado por Analía Centurión, Dante Cabrera, Diego Landeuix, Carlos Brinkmann y Juan Cruz Acosta.

El evento cuenta con el apoyo de la Subsecretaría Municipal de Cultura, a través de la sala y un ágape para las bandas, y el sonido estará a cargo de Nico Qualino.

Charly García, el camaleón

Podríamos empezar imaginando que un niño tímido llamado Charlie no le decía al maestro Falú que tenía una cuerda de su guitarra desafinada, y que nunca descubrían entonces su oído absoluto (hasta mediados de los años setenta Charly firmaba sus canciones como Charlie, como sabe cualquiera que haya leído un par de páginas sobre él).

Sin salir de su infancia, podríamos imaginar que Charlie nunca se flagelaba las manos porque nunca conocía a su profesora Julieta Sandoval, que creía que solo por medio del dolor se pare el arte. Es realista pensar que esta anécdota que Charly contó infinidad de veces haya sido una influencia muy importante en el “fenómeno” Charly García —llamo “fenómeno Charly García” a la unidad de obra y vida, que en nuestra concepción postestructuralista y romántica deben ser analizadas como una unidad, tal vez no siempre pero sí en algunos casos, como es el caso de Charly García.

Charly lo dijo muchas veces: él estaba destinado a ser un concertista clásico hasta que se cruzó con la canción “Hay un lugar”, de los Beatles, que le quebró el cerebro y transformaría su vida. Ahí y por unos años Charly se hizo hippie y folk, en un clima social de violencia explícita y creciente. El peronismo estaba proscrito. En esa atmósfera, Charly creaba alegorías de amor trágico, el más bello amor, el eterno. Idealismo en su más pura cristalización: “Hubo un tiempo que fui hermoso/y fui libre de verdad … Con el tiempo fui creciendo/y mis fábulas de amor/se fueron desvaneciendo/como pompas de jabón”, con estos versos comienza su primer disco y su vida de artista, una dulce canción en la que convoca a su muerte.

Imagínense que Sui Generis nunca se hubiera separado y que no conocíamos ni La máquina de hacer pájaros ni Serú Girán. ¿Cómo hubiera sido nuestra adolescencia, y la de tres o cuatro generaciones más? No tengo idea, pero estoy seguro de que todo nuestro imaginario cultural hubiera sido muy distinto de lo que vivimos.

Tengo esta sospecha. Charly confesó varias veces que cuando compuso el himno “Los dinosaurios”, todavía no era un himno y él no había pensado en los militares. Muchas veces se repitió el famoso e importantísimo latiguillo: “la obra no es del autor o del artista, la termina de crear su público”, una idea que nace en el Renacimiento italiano. El artista como médium. La genialidad consiste en descartar lo que sobra. La deriva semántica y social que conoció esta canción da cuenta para mí de otra cosa, además. No que Charly y todo el campo de la cultura no hayan sido azotados por la Dictadura, sino que en términos reales la Dictadura pasó como por el margen del campo del rock. De ahí que cuando le preguntaron alguna vez a Charly qué estaba haciendo el 24 de marzo de 1976, haya respondido que no tenía ni idea, y era verdad, y lo fue durante más tiempo del que retrospectivamente se creería. ¿Que sufrió aprietes, cárceles, suspensión de shows? Seguro, pero la democracia no lo trató mejor. Charly y una gran mayoría de músicos importantes no tuvieron que exiliarse, no eran “militantes” y la política no les interesaba (una política, además, que se había militarizado hasta los dientes con bombas de cianuro).

¿Componían los artistas bajo censura? Por supuesto. Todos sabemos, sin ir muy lejos, lo que pasó en la grabación del disco Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, lo que se tuvo que descartar y lo que se tuvo que cambiar, empezando por el mismo nombre del disco —de cualquier forma, es un disco que salió antes del Golpe. La censura favorece al artista, enriquece su capacidad metafórica. En esa época —lo dijo muchas veces Charly—, “el enemigo era claro. Ahora el enemigo está más difuso”. Me gusta pensar que el auténtico enemigo para Charly era y es algo más trascendental que cualquier gobierno de turno, aunque sea un gobierno de militares asesinos: su enemigo es la normalidad en sí de su sociedad. Su propio yo construido por esa sociedad. Algo que tiene que ver con la trascendencia humana, cuando todavía había una trascendencia.

Cuando compuso “Alicia en el país”, en 1976, para la película de Eduardo Plá, tampoco tenía en mente a los militares, y de hecho la letra cambió mucho en esos años que separan una versión de la otra, cuando la reescribió para Bicicleta. ¿Qué quiero decir? La relación de Charly con los desastres políticos del país es muy lateral, por eso le pudo decir a todos los que estaban escuchándolo en el Salón Blanco de la Casa Rosada en el año 2005: “¿Menem no era peronista, igual que ustedes?”. Vaya oído el del maestro: “Yo soy roquero, igual que Jagger”, dijo a continuación, para amortiguar el cross.

El genio debe ser comprendido de un modo diferente al resto del mundo, y nadie duda de que Charly es un genio, en el sentido renacentista del concepto, básicamente: una vida dedicada a una obra, donde su vida es inseparable de su obra, o su obra de su vida. Donde (lo sepa o no) la obra es más importante que la vida, y de hecho a veces debe sacrificar su vida en pos de su obra, lo que no tiene nada que ver con el éxito —¿se hubiera cortado la oreja Van Gogh si hubiera alcanzado el amarillo que buscaba? ¿Lo hubiera hecho si se casaba con una mujer que le prohibía beber ajenjo? El artista elige, el genio no: está “condenado” a su obra y a su vida.

En el caso de Charly, vemos que su obra y su vida se coronaron con el mayor éxito que una persona y más un artista (un pianista y poeta) podría desear: generar una aceptación unánime alrededor de su figura, que siempre fue muy controvertida. Una persona que desde Sui Generis, su adolescencia, hasta el día antes de su show en el teatro Colón, entrando en la tercera edad (podríamos poner cualquier otra fecha de comienzos de la segunda década del presente siglo), permanentemente había sido criticada, rechazada, híper alabada, glorificada, una especie de esquizofrenia que es la marca de agua de nuestra postmodernidad occidental, pero también la de nuestro país.

“Nadie duda de que Charly es un genio, en el sentido renacentista del concepto, básicamente: una vida dedicada a una obra”.

En fin, no voy a seguir con esta lista contra fáctica de idioteces, pues ahí están esos dos monumentos de Roque di Pietro: Esta noche toca Charly I y II, para señalarnos casi día por día lo que hizo nuestro genio, y por qué no hay nadie que se le parezca en nuestro país —en el mundo calculo que solo habrá un puñado de personas que hayan cumplido una función parecida a la que Charly cumplió en Argentina, poniendo a sus amigos del “club de los 27” en esa lista. Cualquiera que diga cualquier cosa de Charly para mí antes tiene que leer esos dos tomos, que sin dudas forman parte de la obra completa de Charly —si con Borges nos parecía que el concepto de “obra completa” era una broma, con Charly es un hazmerreír, pues Di Pietro investiga las minucias más “insignificantes”, como por ejemplo qué remera usaba Charly en tal recital, qué instrumentos tocó, o lo que hacía Charly después de un recital masivo, que iba a un barcito y tocaba para cincuenta personas (y miles de anécdotas más, que enriquecen y fortalecen la figura del genio). Luego de los libros de Di Pietro y de los canales de Youtube “Los piratas de Charly” y “Rarezas SNM”, esas “minucias” dejaron de ser minucias insignificantes y se convirtieron en elementos muy significativos en la obra de nuestro artista (ya lo eran, pero ahora sabemos que están registrados para la eternidad, y que cualquier investigador del futuro, si tal cosa va a existir, tiene millones de horas grabadas del fenómeno).

Cuando Charly sacó Clics Modernos, yo tenía 15 años, y fui uno de los que se sintió traicionado, al fin de cuentas estábamos todavía en Dictadura y el campo del rock era muy celoso con las innovaciones tecnológicas y las mixturas con la industria: “Somos muchos los que salimos aburridos del Luna Park” escribía Gloria Guerrero, una de las críticas más importantes de rock del momento, en la mítica revista Humor —no era ni siquiera Patricia “Peperina” Perea, a la que seguramente Charly ya no le gustaba más, era una del “palo” la que escribía esto.

Charly siempre fue criticado, es decir, rechazado, es decir, incomprendido. Él no sólo ideológicamente sino realmente apuntaba al futuro, que siempre lo aceptó. Charly no terminó de salir de la adolescencia, por eso comunica como telepáticamente con ella. Por eso a los que íbamos creciendo no nos resultaba tan fácil aceptarlo y por ende menos comprenderlo —la mayoría de mis amigos todavía siguen diciendo que a ellos lo que más les gusta es lo que hizo en la década del ochenta. Así estamos.

A nosotros todavía nos dolía el desarme de Serú (algunos aún estaban dolidos por el Adiós Sui Generis), que había funcionado como una vacuola de aire respirable que nos permitía reírnos de nuestra tragedia, y disfrutar algo —los recitales de Serú a los que yo llegué a ir eran una fiesta en medio de una sociedad que hacía esfuerzos para que el sacrificio humano que había consumado pareciera normal, en los que se festejaba a los músicos tirándoles monedas o frutas. Desorientada es lo mínimo que diría de esa sociedad, a la que nosotros estábamos ingresando. Y por suerte tuvimos a Charly García como el lazarillo que nos arrancaba de la oscuridad, aunque para lograrlo debiéramos enfrentarnos a nosotros mismos. Parte de la naturaleza del genio está en arrostrar desafíos y doblegarlos, o en otras palabras: arriesgarse a cambiar (cuántas veces leímos que Sui Generis hubiera podido seguir siendo Sui Generis hasta que alguno de los dos se muriera de viejito, pero ¡cuántas posibilidades de vida nos hubiéramos perdido!)

En aquel momento yo me enojé (se vendió a Fiorucci), y me llevó mi tiempo modernizarme. Ni siquiera había escuchado Pubis angelical. Ahí aparece otro Charly que no fue y que me interesaría interpretar ahora, para cerrar este ensayo.

Estoy seguro que todos recordamos las cientos de veces que Charly amenazó con irse del país, por diferentes motivos (baste este link para entender lo que digo https://www.youtube.com/watch?v=7fEaon_ihc8, una entrevista radial que le hizo Badía en 1987).

De hecho, está muy chequeado que en esos años a Charly le hubiera gustado dejar de cantar en español y empezar a hacerlo en inglés. Advertía la repercusión que tendría si entraba en esa liga mayor. Y no fueron sus amigos los que lo convencieron de que tal cosa no funcionaría, sino el mítico Joe Blaney, el productor-ingeniero de sonido de Clics Modernos y de tantos otros discos. Sus metáforas no se entenderían en inglés, o dicho de otro modo: su porteño estaba muy arraigado, le dijo. Un portazo en la trompa. ¡¿Qué diferente a la suerte de Borges, no?!

Charly tuvo la (¿mala?) suerte de nacer en Caballito y de ser de clase media, esa panclase social tan cuestionada en nuestro país. Y de pertenecer al campo del rock, que nació impugnando a la sociedad, y que la sociedad terminó capturando y haciéndole cantar para ella.

En inglés, Charly hubiera estado a la altura del que más, pero estaba condenado (¿o agraciado?) al porteño, ni siquiera al español (en España nunca tuvo una gran acogida, aunque la visitó varias veces).

“Charly es político en un sentido profundo, porque sus palabras, sus actos y su música impactan en la realidad”.

No sé si se entiende el grado de tragedia de este pobre poeta y pianista que de ahí en más se fue convirtiendo en un chivo expiatorio, el sacrificado por una sociedad que a la vez lo idolatraba. De aquí que arriesgue la hipótesis de que no hay ninguna contradicción en el recital grabado durante el menemismo en la quinta presidencial de Olivos, Charly & Charly, y esto es así aunque no podamos entenderlo —sobre este acontecimiento también ya se escribió casi todo lo que se podía escribir, tal su complejidad.

Imaginemos que en lugar de esa respuesta “desafortunada” Blaney, en cambio, le decía: “I think your tone and accent can go very well in NY”. Y Charly entonces se quedaba en Nueva York, sacaba hits que atravesaban todo el globo y se volvía una estrella mundial como John Lennon o David Bowie. No creo que su desgarramiento hubiera sido tolerado por el establishment internacional, y tal vez Charly ni siquiera lo hubiera necesitado, se hubiera convertido en algo más cercano a Paul McCartney o Peter Gabriel que en el roquero maldito que fue. Todo fue muy en carne viva para él, siempre. Seguramente no hubiera sido “nuestro” Charly. Como vengo escuchando desde que tengo quince años, el diálogo de Charly con la realidad argentina fue siempre clarividente, una Casandra que des-cantaba sus mismas canciones suturadas de dolor y desencuentros. Sin duda, alguien con el poder de mirar lo que pocos quieren ver.

Pero tal vez no sea solo un problema de su lengua materna lo que se interpuso en su destino, quizás sea un problema de su misma voz y del estilo desgarrado de los grandes artistas que admiramos. No creo que ese artista desgarrado se hubiera logrado construir en esa opción primermundista, pues solo la realidad argentina lo podría parir. Me gusta esta opción, aunque mi felicidad haya costado una vida. Una vida que eligió cómo debía de ser vivida, para bien y para mal, y que le enseñó a millones de argentinos la mejor manera de hacerlo.

Cada uno de nosotros tiene “su” Charly, como tan bien lo retrata el póster que acompaña esta nota y firmado por Tian Firpo. El ídolo folk o el nihilista, el sinfónico o el moderno que llevamos prendido en nuestro corazón y en nuestro cerebro. Charly es político en un sentido profundo, porque sus palabras, sus actos y su música impactan en la realidad, la cuestionan en su esencia y la transforman. Y convocó a muchas generaciones a seguirlo.

A ningún otro artista le exigimos tanto.

“Ellos escriben las cosas/y yo le pongo melodía y verso”

Mientras cantaba “Los fantasmas”, sobre el final del recital en el Salón Blanco que cité hace un momento, se preguntó: “¿Quién es el fantasma? ¿Videla? ¿Yo? (y mientras hace gesto de no sé, no tengo idea, agrega) ¡Pero gané!”

Martes de cine en la Menéndez. HOY: Esperando la carroza

Cinemateca Pergamino hará un homenaje al director Alejandro Doria con la presentación de este clásico del cine argentino y una de las películas más importantes del siglo XX. La entrada es libre y gratuita.

Este martes Cinemateca Pergamino hará un homenaje al director Alejandro Doria y presentará la película «Esperando la carroza», una comedia ácida sobre la familia que se ha convertido en un clásico imperecedero. La cita es a las 18:00 en el auditorio de la Biblioteca Menéndez (Avenida Colón y Mitre) con la presentación de Sebastián Basiluk. 

Cinemateca Pergamino es un ciclo de cine gratuito y abierto a la comunidad que organiza la Subsecretaría de Cultura con el objetivo de fortalecer el vínculo del espectador con los clásicos del cine nacional e internacional, a través de la curaduría de Sebastián Basiluk.

Sinopsis

Mamá Cora está muy cerca de los ochenta años, tiene tres hijos y una hija. Vive con uno de ellos. Un día toda la familia se reúne para celebrar una comida y reciben la noticia de que la anciana se ha tirado a las vías del tren. Los tres hermanos se movilizan para organizar el velatorio. Durante los preparativos irán apareciendo sus viejas disputas que no sólo los involucran a ellos sino también a sus respectivas esposas.

La película argentina cómica de 1985 es protagonizada por Luis Brandoni, China Zorrilla, Antonio Gasalla, Julio de Grazia y Betiana Blum. Coprotagonizada por Mónica Villa, Juan Manuel Tenuta, Andrea Tenuta y Lidia Catalano. También, contó con la actuación especial de Cecilia Rosetto, participación especial de Enrique Pinti como actor invitado y la presentación de Darío Grandinetti. 

Fue estrenada en Buenos Aires el 6 de mayo de 1985 en el cine Atlas Lavalle y simultáneos.

La película tiene una duración de 94 minutos y su calificación es apta todo público.

Diez años sin Cerati

“Si me retirara ahora, que no creo que sea muy factible, pero supongamos que sí… Me iría contento por Fuerza Natural. De todas las frases célebres que profirió Gustavo Cerati a lo largo de su vida, la que abre el documental de su último álbum de estudio (editado el 1° de septiembre de 2009) es sin dudas la más fatídica. Si bien en su momento parecía más una declaración cassettera en consonancia con lo conforme que se sentía con su creación, resultó ser premonitoria. Ocho meses después, sufriría un accidente cerebrovascular que lo mantuvo inconsciente hasta su fallecimiento ocurrido hace exactamente diez años: el 4 de septiembre de 2014.

Esa ambigüedad entre satisfacción y despedida está impregnada en cada uno de los versos de “Fuerza natural”, la canción que abre el quinto álbum de estudio de Cerati. A la vez, su música anticipa el trazo grueso del álbum, con esas olas psicodélicas, folk y rockeras, entre lo acústico y la distorsión, que remiten al paisaje agreste de José Ignacio. Rodeado de bosque y de montañas de agua salada, el artista utilizó de base su chacra instalada en ese pueblo chic uruguayo para delinear el concepto del álbum, con el que regresaría a su senda solista después de la bestial y exitosa gira de regreso de Soda Stereo. A la vez, cada vez que volvía a Buenos Aires con ideas nuevas, se encerraba en su estudio suburbano llamado Unísono.

Durante la primera etapa de escritura de este nuevo cancionero, Gustavo orillaba los 50 años y casi no tocaba instrumentos: se la pasaba en la computadora sampleando fragmentos de las canciones que lo obsesionaban y deformándolos hasta obtener algo nuevo. Por aquella temporada estaba muy enganchado con álbumes de Led Zeppelin, Johnny Cash, Vetiver, el de Robert Plant con Allison Krauss, David Lebón, Electric Light Orchestra, Billy Bond y La Pesada, Ney Matogrosso, Fleet Foxes, Todd Rundgren, Yes: un menú que abarcaba parte de la música de su adolescencia y algo de lo más trendy de aquel 2008.

En una segunda fase, hacia octubre del 2008, Cerati convocó en el estudio a Leandro Fresco, Fernando Nalé, Fernando Samalea, Gonzalo Córdoba y Anita Álvarez de Toledo para mostrarles los demos que había fabricado y empezar a trabajar como una banda. Antes de la Navidad, la música ya estaba lista y se avecinaba otro viaje al Uruguay con la misión de ponerse a trabajar en las letras, lo que históricamente más le costó redondear a Cerati. Para no sufrirlo, en esta ocasión buscó socios de lo más diversos: Richard ColemanAdrián Paoletti -a quien conoció de casualidad en una fiesta en Punta del Este- y su hijo Benito. Este último sería el más clave de todos, no solo por el lazo sanguíneo, sino por ser el creador del concepto “Fuerza natural”, a la vez de haber coescrito esa canción junto a su padre. “Si mezclás Tom Petty con Lost, sale Fuerza Natural”, se lo escucha definir a Benito en el documental sobre su padre de la serie BIOS: Vidas que marcaron la tuya.

Gustavo había hecho la música de “Fuerza Natural” a partir de los samples de dos canciones: “John Barleycorn (Must Die)” de Traffic, que son las cuerdas que inician el tema y siguen a lo largo del mismo; y “Same Old Blues” de Captain Beefheart & His Magic Band, del cual toma la melodía que acompaña a la distorsión en la segunda parte del tema, justo después del puente. Antes de tener su título definitivo y el concepto, la pieza tenía el nombre misterioso de “Hyatt”.

“‘Fuerza Natural fue una idea mía, el título del tema, del disco, de la gira, de un montón de cosas más. Es lindo haber terminado un momento colaborativo muy alto”, contó Benito Cerati en una entrevista que le dio al diario El Comercio de Perú en marzo de 2021. Si bien ya venía escribiendo junto a su padre desde Ahí vamos (2006), el álbum anterior, en Fuerza Natural, estuvo mucho más presente, siendo coautor de otras tres letras: “Desastre”, “Rapto” y “Sal”. En aquel entonces, tenía solo 15 años.

“En esa época escribía todo el tiempo. Y mi viejo me veía que escribía y le gustaban muchas de esas cosas, le parecían ingeniosas. Me llamó para hacer esta letra y escribí como cualquier otra cosa de las que escribía, no le puse un peso porque era para un disco que lo iba a escuchar todo el mundo. De hecho, esa cosa naive que tiene la letra, creo que hizo que saliera así, más natural. Me acuerdo de que escribía en mi cuarto y después subía y se lo mostraba. Él ponía la base que tenía grabada e iba tratando de hacer encajar mi letra en la canción”, contó el joven, que hoy tiene 30 años, a la revista Rolling Stone en el año 2023.

En paralelo a las ideas de Benito, Gustavo iba desarrollando las suyas. Juntas, cuajaron al punto de que se convirtiera en la canción clave del álbum, ya que es la inicial y la que además lo bautiza. “Hay una lectura optimista en el disco que se mantiene con ciertos rayos de humor. Hay algo que tiene que ver con sentirse bien, pleno, pero también confundido. No es que hay una onda ‘la tengo atada’, porque no lo siento para nada así”, explicó el propio Cerati en el documental del álbum.

“Emprendo este viaje en un disco sin saber qué va a pasar. Pienso que por ahí ‘Fuerza Natural’ es un poco un compendio con el que arranca el disco y habla de muchas cosas que después se desarrollan en las canciones. Siempre abrió todo ese tema. Fue el primero en la lista de demos que tenía. O sea: escribí las cosas en orden y salvo algunos enroques, la mayoría de los temas están en orden de aparición. Un orden que podemos llamar arbitrario, pero que surgió en el momento de los demos, cuando todavía ni siquiera estaba el concepto general, pero ya estaba el clima de eso. Porque proponía un mood en particular…”, agregó.

“Escribí muchas letras sobre ese tema, incluso yéndome de mambo. Muchas letras quiero decir: siempre estaban dando vueltas alrededor de una especie de fiesta interna que no sabía a qué me estaban invitando, de eso se trata. Y ‘Fuerza Natural’, por lo menos como una primera intención, era eso. Era una especie de festejo en donde no sabía a qué estaba invitado, pero menos sabía que era yo el que festejaba, hasta que me di cuenta de eso y me pliego a eso. De eso se trata”, resumió Cerati, dándole una interpretación menos premonitoria al tema.

Pero el destino de toda obra de arte es el de completarse en quien la está contemplando. En este caso, siempre será difícil disociarla de ese sentimiento que retumba cada vez que a Gustavo se lo escucha entonar “Me perdí en el viaje, nunca me sentí tan bien / Todo por delante, todo está hablándome / Está cambiando el aire / nunca me sentí tan bien”.

La letra de “Fuerza natural”

Puedo equivocarme

Tengo todo por delante

nunca me sentí tan bien

Viajo sin moverme de aquí

Chicos del espacio

están jugando en mi jardín

Me dirán el azar con el viento

Fuerza natural

Nena, no volvió el ayer

Me puse delante de mis ojos para ver

Chispas de oscuridad

No es tan importante

sé que Dios es bipolar

Cambiará como el mar lo que siento

Es algo natural

(Cada vez más fuerte…)

Voy pisando fósiles, no me dejarán caer

Un mundo microscópico me sostiene de los pies

Naves como nubes cambian de velocidad

Mis pupilas dilatando otra noche más

Más azul es la luz

si me alejo…

Fuerza natural

Me perdí en el viaje

nunca me sentí tan bien

Me perdí en el viaje

nunca me sentí tan bien

Todo por delante

todo está hablándome

Está cambiando el aire

nunca me sentí tan bien







Falleció Alain Delon, el actor «más bello» del cine europeo

El actor francés Alain Delon murió este domingo a los 88 años en su residencia de Douchy, ubicada en el centro de ese país. La noticia fue confirmada por sus tres hijos, Alain Fabien, Anouchka y Anthony Delon, en un comunicado donde expresaron su «profunda tristeza» por el fallecimiento de su padre.

Delon padecía un linfoma de células B y en abril pasado había sido puesto bajo protección judicial con el objetivo de garantizar su protección de salud. «El actor de ‘A pleno sol’ y ‘El silencio de un hombre’ ha ido a reunirse con la Virgen María entre las estrellas tan queridas para él”, manifestó el texto difundido por sus familiares, tras pedir que «se respete su intimidad en este momento de duelo extremadamente doloroso».

Una de las últimas apariciones públicas del actor francés previo al avance de su enfermedad había ocurrido en mayo de 2019, cuando recibió la Palma de Oro honorífica en el Festival de Cannes. Aquella vez, brindó un discurso en el que, entre lágrimas, sostuvo: “Es un poco un homenaje póstumo, pero en vida”.

Pese a haberse corrido de los focos y las cámaras, el nombre de Delon volvió a cobrar relevancia en 2023, cuando sus tres hijos presentaron una denuncia contra Hiromi Rollin, su exasistente, a quien acusaron de “aprovecharse de su debilidad”. Incluso, el actor preocupó meses atrás al mundo del cine, al mostrarse abatido por su enfermedad y asegurar en una entrevista: «Quiero morir, la vida ha terminado».

La trayectoria de Alain Delon en el cine

El actor dejó tras de sí un legado de 122 películas, 88 de ellas como actor, dos como director y 32 como productor, en una carrera vinculada a directores trascendentales como Jean-Pierre Melville (‘El Círculo Rojo’ y ‘El Silencio de un Hombre’), Luchino Visconti (‘Rocco y sus Hermanos’ y ‘El Gatopardo’), René Clément (‘A Pleno Sol’) o Louis Malle, durante la que exprimió una esquiva figura de galán estoico y vulnerable.
En el apartado de sus galardones, desde su primera aparición en la pantalla grande en 1957, Delon fue acreedor de un César al Mejor Actor en 1985 por ‘Nuestra Historia’, de Bertrand Blier; el Oso de Honor en el festival de Berlín en 1995 y el premio del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Como nota particular, destacan sus ocho colaboraciones con otro nombre notable como Jean-Paul Belmondo, fallecido en 2021. Precisamente el fracaso de la última de ellas, ‘Uno de Dos’, marcaría su paulatina retirada de la pantalla. Desde entonces, Delon se limitó a apariciones esporádicas como ‘Los Actores’ mientras abandonaba la luz pública.

“El señor Klein o Rocco, el gatopardo o el samurái, Alain Delon desempeñó papeles legendarios e hizo soñar al mundo. Prestó su rostro inolvidable para cambiar nuestras vidas”, destacó este domingo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en su cuenta de la red social X. “Melancólico, popular, reservado, era más que una estrella: era un monumento francés”, resumió.







Charly saca su nuevo disco «La lógica del Escorpión»

El legendario Charly García vuelve a la escena musical con «La lógica del Escorpión», un álbum que combina nuevas composiciones, versiones inéditas y reimaginaciones de clásicos. Este esperado disco, cuyo arte fue diseñado por Renata Schussheim, promete ser un nuevo hito en la carrera del icónico músico argentino.


El genio de la música argentina, Charly García, está de vuelta con un nuevo álbum titulado «La lógica del Escorpión». Después de siete años desde el lanzamiento de «Random», los fanáticos del legendario músico están ansiosos por escuchar lo que promete ser una obra maestra. Este disco, grabado en los estudios Happy Together en el barrio porteño de Caballito, es el resultado de un proceso de creación que comenzó en 2018 y que ha involucrado a algunos de los músicos más talentosos del país.


El álbum, que saldrá a la luz en septiembre, incluirá una mezcla de temas inéditos, versiones actualizadas de clásicos de García y algunas reinterpretaciones de grandes éxitos del rock anglo. Entre las canciones que se han revelado hasta ahora, se destacan títulos como «Yo ya sé», «El club de los 27», «Autofemicidio», y una versión de «Watching the Wheels» de John Lennon, renombrada como «Dicen que soy vago». También se incluirá «La pelícana y el androide», una colaboración con Luis Alberto Spinetta que nunca llegó a ver la luz hasta ahora.

El toque visual de Renata Schussheim

El arte del disco ha sido creado por la reconocida artista plástica Renata Schussheim, quien ha trabajado con Charly en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera. La portada muestra un escorpión dorado sobre un cielo estrellado, simbolizando tanto la constelación como la complejidad y el misterio que caracterizan la música de García. Schussheim ha compartido su emoción por volver a colaborar con Charly, destacando la profunda conexión creativa que existe entre ambos.

Un lanzamiento muy esperado

El regreso de Charly no ha pasado desapercibido en el mundo de la música. Figuras como Fito Páez ya han expresado su entusiasmo por el nuevo material. «¡Vuelve Charly con todo! Qué alegría volver a vivir, a las melodías, a la audacia armónica y al divertimento musical», escribió Páez en sus redes sociales, sumándose a la ola de expectativa que rodea este lanzamiento.

El anuncio de «La lógica del Escorpión» llega en un momento en el que Charly ha estado en el centro de la atención mediática, no solo por su música, sino también por algunos incidentes personales. A pesar de los desafíos de salud, Charly sigue demostrando que su espíritu creativo está más vivo que nunca, listo para sorprender y conmover a su público una vez más.

Un legado que sigue creciendo

Charly García ha sido una figura clave en la música argentina durante décadas, y cada nuevo proyecto suyo se convierte en un evento cultural de gran magnitud. «La lógica del Escorpión» no solo es un testimonio de su inagotable talento, sino también una reafirmación de su estatus como uno de los artistas más influyentes y queridos del país.

Mientras los seguidores de Charly esperan con ansias el lanzamiento, no cabe duda de que este álbum marcará un nuevo capítulo en la carrera del músico, reafirmando su lugar en el panteón de los grandes creadores de la música contemporánea.