Jorge Solmi: Considerar al sector agropecuario como un sujeto único es un error conceptual

La pregunta sería: ¿Por qué el campo requiere una segmentación para adoptar políticas diferenciadas? “Considerar al sector agropecuario como un sujeto único es un error conceptual. Eso impide el diseño de estrategias adecuadas”, dijo el productor pergaminense Jorge Solmi, ex vicepresidente de FAA y ex secretario de AGyP de la Nación.

A través de dos de los cultivos icónicos que se producen en la Argentina, como el trigo y la soja, un análisis infiere que considerar al sector agropecuario como un sujeto único es un error conceptual para una eventual política virtuosa que, en definitiva, impide el diseño de medidas adecuadas.

A esta conclusión arribó el productor Jorge A. Solmi, quien fue vicepresidente segundo de Federación Agraria Argentina (FAA) y ex secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (2021-2022).

“Está claro de que no todo el campo es lo mismo”, aseguró.

“Los casos del trigo y de la soja, que son dos cultivos de volumen, nos muestran que el universo de los productores es, precisamente, de una enorme diversidad”, añadió.

“Lo mismo se repite en las economías extra pampeanas, también llamadas economías regionales, por lo que las políticas adecuadas para el sector agropecuario no pueden ser únicas, sino que deben ser segmentadas para asistir al principio de tratar igual a los que son iguales”, explicó.

Ahora, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a productores agropecuarios?

“Para que la implementación exitosa de políticas sectoriales corrijan las consecuencias negativas de las políticas macro es necesario conocer los sujetos a las que van dirigidas”, afirmó Solmi, quien también fue diputado de la provincia de Buenos Aires (2009-2013).

“La actividad agraria tiene diferentes sujetos en distintas condiciones de tamaño de explotación, de distancia a los centros de consumo, acondicionamiento, industrialización o exportación, de región productiva y muchos elementos más”, dijo.

“Pese a que hoy se ha producido un apagón estadístico (sic) en nombre de la simplificación y desregulación, reconstruyendo datos oficiales sobre la producción de trigo y de soja a nivel nacional podemos ver un panorama de los segmentos que componen a la actividad agraria que, perfectamente, podríamos extrapolar a otras producciones y regiones y que nos permitiría aplicar políticas adecuadas a cada grupo de productores”, aseguró.

Ancla y atrasa

Solmi, quien también es abogado especializado en Derecho Económico y Agrario, sostuvo que lejos aún de la eliminación de impuestos al sector agropecuario prometidas (NdR: más allá de la anunciada baja temporal de retenciones a los principales cultivos y total y permanente a las economías regionales anunciadas el último jueves 23 de enero), el Gobierno nacional ha implementado “un modelo monetario que ancla —y atrasa— el tipo de cambio y un esquema de aumentos de los combustibles y la energía que, junto a sus componentes impositivos, impactan de lleno bajo la línea de flotación” de la mayoría de los productores del agro.

“En un contexto global de caída del precio de los granos y de una crisis hídrica larga, grave y profunda, se pone en dificultades no sólo a los cultivos sino, también, a los productores y contratistas quienes, en un gran número, están en riesgo de tener que abandonar su actividad bajo el peso de las deudas”, comentó.

Solmi dijo que es conveniente recordar que los precios relativos son la relación entre el precio de un bien, en este caso analizado el trigo y de la soja, con los de bienes y servicios necesarios para producirlo.

“De allí la importancia que tienen las políticas específicas para mantenerlos en niveles adecuados para la evolución de la actividad y de sus protagonistas”, amplió.

“Justamente, en los principales cultivos argentinos esta ecuación de precios relativos hoy es muy compleja”, expresó.

“Se encuentra en números muy similares a los de los últimos años de la convertibilidad, una época en que los productores difícilmente olvidaremos, ya que en el país había 14 millones de hectáreas hipotecadas y eran comunes y periódicos los remates de campos y herramientas rurales”, sostuvo.

“Por eso ha llegado el momento de implementar políticas adecuadas para el agro”, aseveró.

El nuevo secretario de Agricultura, Sergio Iraeta

Según el análisis realizado por Solmi, para entender la recaudación de los Derechos de Exportación (DEX) del trigo hay que mencionar que de cada 10 camiones que se cargan al pie de la cosechadora, casi 4 van al molino y los restantes 6 se exportan.

En la campaña 2023/2024 se cosecharon unas 15.500.000 toneladas de trigo.

De ellas, aproximadamente 6.900.000 toneladas se destinan para consumo interno y hacia la exportación van alrededor de 10 millones de toneladas (las que se completan con el saldo del año anterior).

Las exportaciones de harina de trigo y manufacturas son menores frente a estas estimaciones, por lo que pierde incidencia al momento del cálculo, se concluyó.

Según los datos oficiales, 3.343 productores —el 10 % de productores— cosecha casi el 60 % del total: siembra, 2.700.000 has y cosecha, 8.016.207 toneladas.

Por otra parte, algo más de 30.000 productores son responsables del 40 % de la cosecha argentina. En este caso, siembran unas 2.300.000 hectáreas en fracciones que van de 231 a 10 (en promedio).

Por otro lado, la mayoría de la soja se destina a la exportación, tanto en el formato de grano, como aceite o derivados.

Unos 5.515 productores (el 10 %) cosechan casi 24 millones de toneladas (el 57,64 % del total) en casi 8 millones de hectáreas.

Por otra parte, 50.000 productores producen un poco más del 40 % de la oleaginosa.

La superficie promedio de los productores más grandes de este segmento es de 382 hectáreas y la más chica es de 10 Has.

El caso del superávit

Según dijo Solmi, el Gobierno nacional aplica un programa monetario que mantiene un artificial atraso a cambiario.

“Para ilustrarlos, siguiendo los pasos de los trabajos de The Economist, vemos que la hamburguesa Big Mac de nuestros competidores, en producción de carne y de soja, es mucho más barata, lo que los hace más competitivos”, explicó.

“En nuestro país la hamburguesa cuesta 7,37 dólares. Es la segunda más cara en el mundo detrás de Suiza, donde se puede compra por el equivalente a U$S 7,92”, indicó.

“En tanto, en Brasil tiene un precio de 3,13 dólares y Paraguay de U$S 2,98”, agregó.

“Esto tiene sus consecuencias, por ejemplo, en la balanza turística de nuestro país”, dijo.

“Si sacamos la cuenta de los dólares que los argentinos gastaron por turismo en el exterior, menos los dólares que los extranjeros gastaron por turismo en el país, vemos que durante 2024 egresaron divisas por 7.598 millones de dólares e ingresaron por U$S 2.576 millones. Esto arroja un déficit de 5.121 millones de dólares para la Argentina”, detalló Solmi.

La pregunta entonces es: ¿cuánto hubiese costado eximir de las retenciones de los granos al 90 % de los productores de soja y al 90 % de trigueros de la campaña 2023/2024?

“Considerando lo efectivamente tributado en trigo, se trata de poco más de 2.718 millones de dólares, apenas por encima del 50 % de lo que fue el déficit de turismo del mismo año”, aseveró.

Fuente: Lanueva (Por Guillermo Rueda)

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