Se van cada vez más jóvenes

Diferentes comunicadores analizan el rol de los medios en el debate sobre el éxodo cada vez más prematuro de jugadores del fútbol argentino hacia ligas de mayor poder adquisitivo.

Arturo Bulian (trabaja en TNT Sports y CNN Radio AM 950)
«En muchos casos, los medios oscilan entre tratar a un futbolista que tiene sus primeros minutos en primera a los 17 años como un chico, y luego tratarlo como una persona de más años. Cuando el jugador declara mal, en contra de la dirigencia o dice que se va a ir del club, lo tratan como si fuese un experimentado. Pero después, cuando ese mismo jugador hace una gambeta o tira un caño, vuelve a ser un chico, una promesa. Sin embargo, el tratamiento de la problemática del éxodo de jugadores jóvenes es tan dispar como la cantidad de medios que existen. Generalizar o unificar una mirada sobre los medios sería osado. Pero sí se ha hablado sobre todo lo que rodea la salida de jugadores como Claudio Echeverri o Valentín Barco. Se ha puesto mucho la mirada en los representantes, en las dirigencias, los entrenadores, sobre todo en Martín Demichelis. Lo equivocado, en mi opinión, es hacer responsable a un joven de 16 años de todo lo malo que se hace, solo porque vale millones de dólares. Si algún medio trató el tema así, yo creo que está equivocado, porque no dejamos de hablar de un chico que saltó un montón de etapas, también por motivos del país, la crisis social y económica, y las necesidades de su familia».

Santiago Ballatore (trabaja en El Destape)
«Los medios, así como los hinchas, a veces nos olvidamos de que se habla de chicos de 17, 18 años. Jóvenes que están muy influenciados y a los que realmente les pueden llegar a afectar todas las cosas que se dicen sobre ellos. Claramente, para nuestro fútbol, es pésimo lo que sucede en el último tiempo, porque pierde atractivo. Desde los medios, al menos desde los hegemónicos, se pone el foco en el jugador y eso genera una ola de odio que es muy difícil que a un chico no lo afecte. Sí hay medios, no marginales pero sí con menos llegada, que tratan de explicar que hay todo un entorno y unas condiciones, como los representantes o, a veces, los familiares, que hacen que el jugador termine tomando esa decisión».

Alvaro Nanton (colaborador en Tiempo Argentino y en la revista Panenka)
«La dinámica en la que se plantea la discusión es siempre intentando individualizar o buscar un villano. Cada vez se van más jugadores jóvenes, siendo prácticamente niños, por lo que hay un problema de fondo que se tiene que plantear para encontrar una solución. Los diferentes actores del fútbol argentino deberían sentarse a analizar las posibilidades de generar incentivos y mecanismos para preservar no solo a los jugadores, sino también al producto, y donde lo más importante, que es el juego, no se destruya. Los medios de comunicación, como uno de los sujetos de la industria, deberían identificar el problema y dar alguna solución o, al menos, proponer que se genere el debate. ¿Es Boca el único perjudicado con la venta de Valentín Barco? Es ingenuo pensar o suponer que el único que pierde es un club cuando el problema es generalizado. La calidad del fútbol argentino bajó y seguirá en esa tendencia si no se actúa. Los medios de comunicación, que son empresas, son parte de esto, porque venden un producto cada vez peor, y podrían ser parte de la solución».

Ignacio Genovart (trabaja en Doble Amarilla, DSports, DSports Radio y Radio 10)
«En el último tiempo, al ser cada vez más frecuente la salida de los jugadores jóvenes rumbo a Europa, los medios empezaron a dedicarle más minutos de aire al tema. Incluso, son los propios protagonistas involucrados en cada transferencia quienes hablan en radio o televisión. No así los representantes, que son los grandes responsables de esta situación y quienes, con el afán de cobrar una comisión del pase, hacen hasta lo imposible para que los jugadores se vendan. El rol de los medios en esta problemática, entiendo, es mantener el tema en agenda y visibilizar cada una de estas situaciones -siempre desde la precaución- con el fin de que los clubes logren encontrar una solución inmediata, aunque parezca poco probable hacerlo en el corto plazo».

Rodolfo Chisleanschi (trabaja en La Nación)
«Hay factores en común que todos los medios tratan en relación a esta situación, que tienen que ver con la incapacidad económica que tienen los clubes de fútbol en Argentina en relación a los clubes de, incluso, el resto del continente, para retener jugadores. Hay medios que buscan enfoques más originales para analizar la cuestión. Los medios grandes, en general, apuntan al efectismo, que tiene que ver con dividir las aguas, y poner a los hinchas a favor o en contra del jugador, muchas veces también con intereses corporativos que se cruzan en el medio. Entonces se critica o se deja de criticar, o se miden con varas diferentes las conductas de un club con relación a otro, de un dirigente con relación a otro e incluso entre los propios jugadores.
Para poder entender un poco más por qué llegamos a este momento del fútbol argentino, incluyendo la realidad económica nacional y la particular de la familia de estos chicos, es necesario ir a ver otros medios que no sean los mayoritarios. Claudio Echeverri fue titular por primera vez en River y salió campeón, y lo primero que dijo fue ‘No voy a renovar’. Eso es una bomba informativa que algunos intentan analizar desde la reflexión y la mirada sociológica. Un ejemplo es el caso de Ezequiel Barco, que se fue de Independiente a los 17 o 18 a la primera oferta que le llegó, porque la familia lo presionó para que acepte, cuando posiblemente, si hubiese esperado un año más, el club hubiera recibido más dinero y el jugador mismo quizás tendría otra carrera. Pero vivimos en una sociedad que privilegia lo inmediato, y esto en los medios grandes nunca se tiene en cuenta, porque viven también de la inmediatez y del minuto a minuto. Hay otros medios, que escriben en general con más tiempo y profundidad, donde se pueden llegar a encontrar análisis que vayan un poco más lejos.
Finalmente están los medios partidarios, que simplifican todo, y que apelan a la pasión ciega del hincha. Hay muy poca gente en los medios partidarios que se pare realmente a pensar».

Federico Luque (trabaja en La Nación)
«Los medios, en general, tratan el tema de las transferencias de jugadores jóvenes al fútbol europeo con mucho desconocimiento, lo cual es preocupante. Se tiende a criticar la decisión del futbolista, a su entorno, al representante, e incluso al club que no retuvo a su ‘joya’. Pero muy pocas veces se explica lo que realmente involucra a una transferencia de este estilo. Prácticamente nunca se habla de los mecanismos de solidaridad, de los derechos de formación, e incluso se suelen confundir estos dos últimos. No se explica bien lo que sucede, y la gente no entiende con qué porcentaje se queda cada una de las partes involucradas, que a la larga es lo más importante. Entiendo que hoy todo se maneja en torno a las visitas, y la crítica vende más, pero me parece que se habla con mucho desconocimiento, con el afán por supuesto, de vender la noticia. Habría que darle al lector, o al hincha en este caso, la información que necesita. Pocas veces se explica todo lo que implica la transferencia de un jugador, y se opta simplemente por la crítica hacia alguna de las partes».

Adrián Sandler (director de Prensa de la Legislatura de Chubut, ex jefe de redacción en Diario Jornada)
«Creo que, como en muchos de los temas que abordan, los medios de comunicación tratan de manera muy superficial los casos de futbolistas que, cada vez más jóvenes y con muy pocos partidos jugados en los equipos principales de los clubes argentinos, se van a Europa, como ha ocurrido con Valentín Barco (19 años), de Boca al Brighton; y Claudio Echeverri (18), de River, al Manchester City, también de Inglaterra. La superficialidad del tratamiento no está dada por el hecho de que el tema se aborde de manera limitada en cuanto al espacio o a los minutos que los medios le dedican, sino por el abordaje puramente noticioso, basado en fuentes indirectas, y muy poco analítico. Este tipo de éxodos merece un abordaje con un perfil más humanístico, que ponga el foco, o que al menos mencione, el hecho de que, más allá de que su trayectoria o capacidad deportiva, se trata de adolescentes que emigran. Una emigración que aparece valorada de manera positiva o negativa en términos institucionales, pero no indagada en sus causas o posibles consecuencias. Son muchos más de los que se habla los casos de futbolistas a los que se les pierde el rastro mediático una vez que emigran. Y esos nombres, cuando aparecen, lo hacen años después, como historias de vida en cuyos relatos se pueden encontrar las causas de carreras frustradas o menos exitosas de lo que se preveía. Los éxodos en busca de trascendencia y, sobre todo, de dinero que asegure el futuro de padres, hijos y nietos, aparecen no ya como historias circunstanciales, sino como constantes que se ubican como objetivos de niños y adolescentes futbolistas que tienen, así, casi nulos modelos a seguir en los clubes argentinos. La consecuencia es, además, deportiva: la competencia local suele quedarse con jugadores de cabotaje, a los que se suman, de vez en cuando, aquellos jóvenes emigrantes ahora consagrados y/o con el futuro económico asegurado que vuelven, ya adultos, para agradecer por la formación, o para saldar cuentas deportivas pendientes».

Fuente: DeporTEA