Pese al apoyo de Rusia e Irán, derrocaron al gobierno sirio de Al-Assad

Una ofensiva relámpago del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) llegó hasta Damasco, la capital de Siria, y derrocó este domingo al presidente Bashar al-Assad, quien huyó hacia Moscú y puso fin a medio siglo de poder de la dinastía familiar en el país árabe.

En su ofensiva final, los insurgentes, liderados por el carismático Abu Mohammed al-Golani, encontraron poca resistencia del Ejército sirio.

En Damasco hubo festejos en las calles y saquearon el palacio presidencial y la embajada de Irán, en escenas que recordaban a los primeros días de la llamada Primavera Árabe, en 2011.

El sábado, todo un hecho simbólico, un grupo de manifestantes derribó una estatua del fallecido padre del derrocado presidente, Hafez Al-Assad, en un suburbio de la capital.

Horas después, Rusia le dio asilo político a Al-Assad y su familia, una decisión basada en “motivos humanitarios”.

Siria está sumergida en el caos desde que comenzó la guerra civil en 2011, donde los muertos ascienden a casi medio millón y ha sido desplazada la mitad de la población que tenía Siria antes de la guerra, 23 millones de personas.

En un hito para Medio Oriente de consecuencias todavía difíciles de medir, los rebeldes islamistas también asestaron un duro golpe a la influencia de Rusia e Irán en la regiónaliados clave que apoyaron a Al-Assad en momentos críticos del conflicto.

Sin embargo, en los últimos tiempos la falta de apoyo militar de Moscú fue determinante para la caída del régimen de Al-Assad.

Y un dato crucial: Rusia tiene dos bases militares en Siriala base aérea de Hmeimim y la base naval de Tartus.

Estados Unidos celebra

“Al-Assad se ha ido. Ha huido de su país. Su protector, Rusia, liderada por Vladímir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo”, publicó en X el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, antes de conocerse al asilo político que le brindó Moscú.

Agregó que “Rusia e Irán están debilitados ahora mismo, uno por Ucrania y una mala economía, el otro por Israel y su éxito en los combates”.

Pero ahora hay un vacío de poder en Siria, que puede actuar como un efecto dominó en toda la región, y afectar de manera directa los intereses de Estados Unidos.

El otro actor clave en el conflicto sirio es Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, quien admitió abiertamente su apoyo a los rebeldes, y es uno de los ganadores del nuevo tiempo político que se abre.

Dos son los principales intereses de Ankara para la nueva Siria

En primer lugar, el libre retorno de los cerca de tres millones de refugiados que se alojan en sus fronteras, y que se habían convertido en el chivo expiatorio de una parte de la sociedad turca ante sus problemas económicos.

En segundo lugar, evitar la creación de una entidad kurda autónoma en la frontera común que pueda ser utilizada como retaguardia por el PKK, el partido nacionalista kurdo que ha sostenido una insurgencia durante más de 40 años.

El futuro que viene

Abu Mohammed al-Golani, nombre de guerra de Ahmed Al Charaa, fue el fundador del Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda, que luego se transformaría en la HTS.

A raíz de su involucramiento en Al Qaeda, pasó cinco años detenido en una prisión estadounidense, en territorio iraquí.

En 2016 se desvincularía de Al Qaeda, para evitar enemistades con Occidente, luego de negar su lealtad al Estado Islámico (ISIS).

A pesar de ello, los principales países occidentales siguen considerando a HTS como una filial de Al Qaeda, con Estados Unidos calificando a Al Charaa como un terrorista global, por el cual ofrecen una recompensa de más de 10 millones de dólares.

Desde su separación de Al Qaeda, Al Charaa intentó presentarse como un líder más moderado. Con los años, dejó de lucir el turbante habitual de los yihadistas, optando por la indumentaria militar, y comenzó a presentarse a medios internacionales.

Israel aprovecha

Israel celebró la caída de Al-Assad, y sus fuerzas militares tomaron una zona de seguridad en las Alturas del Golán, creada tras la tregua con Siria de 1974.

Los Altos del Golán son un territorio que Israel arrebató a Siria durante la guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur (1973) y que se anexionó de forma efectiva en 1981, algo no reconocido por parte de la comunidad internacional, con la excepción de Estados Unidos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo el derrumbe del régimen fue “resultado directo” de sus golpes a Irán y Hezbollah.

Calificó el derrocamiento de Al Asad en Siria como un “día histórico en Medio Oriente” y la caída de un “eslabón central del eje del mal” dirigido por Irán.

Auge y caída de una dinastía

La familia Al-Assad gobernó Siria con puño de hierro durante más de medio siglo. 54 años más precisamente, desde 1971.

El padre del mandatario derrocado, Hafez Al-Assad, un militar de carrera, fue presidente durante casi 30 años, durante los cuales estableció una economía centralizada al estilo soviético y mantuvo una política asfixiante sobre la disidencia.

Impuso una ideología secular que buscaba enterrar las diferencias religiosas bajo el nacionalismo árabe y la imagen de resistencia heroica a Israel.

En 2000, Bashar Al-Assad heredó por un giro del destino el poder de su padre Hafez.

El designado para la sucesión era el hermano mayor de Bashar, Basil, quien murió en un accidente automovilístico en Damasco en 1994. Bashar fue traído de vuelta de su trabajo como oftalmólogo en Londres, sometido a entrenamiento militar y ascendido al rango de coronel para establecer sus credenciales y que pudiera gobernar.

El parlamento se apresuró a bajar el requisito de edad presidencial de 40 a 34 años. El ascenso del joven Bashar se selló en un referéndum nacional, en el que él fue el único candidato.

Por: Cecilio Panella (Infoydata)

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