Reconstrucción con historia: estudiantes del Industrial restauraron molduras del Salón Luis Sued

El Salón Luis Sued del Honorable Concejo Deliberante de Pergamino recuperó parte de su esplendor gracias al trabajo de estudiantes y docentes del Colegio Industrial, que lograron reproducir sus molduras originales a través de un proceso artesanal y tecnológico que combinó investigación, creatividad y compromiso con el patrimonio local.

El proyecto surgió en el marco del centenario de la institución, cuando una concejal del PRO acercó una inquietud: la posibilidad de restaurar las molduras del histórico techo del salón. Lo que parecía un reto difícil por tratarse de una estructura antigua, fue tomado con entusiasmo por el equipo de la escuela.“Fue un desafío que nos gustó y lo tomamos. Así los chicos empezaron a trabajar con eso”, contó Andrés Conti, vicedirector del Colegio Industrial.

El primer paso fue explorar soluciones modernas. Se realizaron pruebas con impresoras 3D, pero los resultados no eran lo suficientemente duraderos. El objetivo era claro: lograr un resultado firme, que dejara huella, como lo hicieron en su momento las tradicionales bancas del Concejo. “Queríamos algo diferente y que realmente quede como huella, como en su momento fueron las bancas del Concejo”, explicó Conti.

Finalmente, decidieron volver al material original de las molduras: el yeso. Para ello, tomaron un fragmento original y trabajaron en la creación de moldes definitivos utilizando fibra de vidrio, un proceso que demandó investigación, pruebas y precisión.

El proyecto fue liderado por el profesor Daniel Boni, a cargo del grupo de 6to año de la orientación Electromecánica. Bajo su guía, los estudiantes experimentaron con distintos materiales hasta llegar a la solución definitiva.

“La verdad es que estamos muy contentos con la forma en que se resolvió. Todo lo que sea para Pergamino, la Escuela Industrial siempre estuvo presente y queremos seguir así”, concluyó Conti, quien recordó, por otro lado, que las bancas del Concejo de Pergamino, también fueron realizadas por los primeros alumnos de dicha institución educativa.

El resultado es mucho más que una moldura recuperada: es un testimonio del compromiso educativo con la comunidad y de cómo la tradición y la innovación pueden trabajar juntas en proyectos con sentido histórico y cultural.

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